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La Vida Eterna

La Vida Eterna
 
 
 
En la hora de la muerte, los que están totalmente limpios de pecado van al cielo para siempre.
Los que mueren en gracia de Dios, pero con alguna mancha de pecado o deuda por los pecados perdonados, antes van al Purgatorio para purificarse totalmente.
Los que mueren en pecado mortal, y por tanto separados de Dios, van al infierno, donde serán castigados eternamente por haber rechazo a Dios.
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La Resurrección de la Carne

La Resurrección de la Carne


Como consecuencia del pecado original, nuestra vida en la tierra termina con la muerte. Adán pecó y entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte.
Pero no todo termina con la muerte. El alma, que es inmortal, se separa del cuerpo, pero sigue viviendo y recibe de Dios el premio o castigo merecido por sus obras hechas durante su vida terrena. Al fin del mundo resucitarán nuestros propios cuerpos y se unirán a sus almas. Entonces nuestro Señor Jesucristo vendrá con gloria y majestad a juzgar a todos los hombres, unidas ya las almas a sus propios cuerpos, para nunca más morir.

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El perdón de los pecados

El perdón de los pecados


Ya en el Antiguo Testamento invitó Dios a los hombres a la conversión de los pecados y les ofreció su misericordia.
En el Evangelio se nos repite este llamado a la conversión y a la penitencia con más fuerza, Jesucristo es el que se ofreció en sacrificio por nuestros pecados; no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo (1Jn 2,2). Jesucristo dio a los Apóstoles y a sus sucesores el poder de perdonar los pecados por el Bautismo y la Confesión.
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María Madre de la Iglesia

María Madre de la Iglesia
 
 
El Papa Pablo VI, dirigiéndose a los padres conciliares del Vaticano II, declaró que María Santísima es Madre de la Iglesia.
La Virgen María es la Madre de todos los hombres y especialmente de los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, desde que es Madre de Jesús por la Encarnación. Jesús mismo lo confirmó desde la Cruz antes de morir, dándonos a su Madre por madre nuestra en la persona de San Juan, y el discípulo la acogió como Madre; nosotros hemos de tener la misma actitud que el Discípulo Amado. Por eso, la piedad de la Iglesia hacia la Santísima Virgen es un elemento intrínseco del culto cristiano. Vamos cumpliendo así la profecía de la Virgen, que dijo: "Me llamarán Bienaventurada todas las generaciones" (Lc 1,48).
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La comunión de los Santos

La comunión de los Santos


Comunión quiere decir "común unión"; y Comunión de los Santos quiere decir unión común con Jesucristo de todos los santos del cielo, de las almas del purgatorio y de los fieles que aún peregrinamos en la tierra.
Es la unión de todos los santos con la Cabeza de la Iglesia, que es Jesucristo, y de todos los santos entre sí. Los del cielo interceden por los demás; los de la tierra honran a los del cielo y se encomiendan a su intercesión, también oran y ofrecen sufragios por los difuntos del purgatorio, y estos también interceden a favor nuestro.
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La Iglesia Católica

La Iglesia Católica
 
 
El Señor Jesús instituyó su única Iglesia Católica para continuar la redención y reconciliación de los hombres hasta el fin del mundo. Dio a sus Apóstoles sus poderes divinos para predicar el Evangelio, santificar a los hombres y gobernarlos en orden a la salvación eterna.
Por eso la Iglesia Católica es la única verdadera fundada por Jesucristo sobre San Pedro y los Apóstoles; y todos los hombres estamos llamados a ser el Pueblo de Dios guiado por el Papa, que es el sucesor de San Pedro y Vicario de Cristo en la tierra.
La Iglesia Católica es también el Cuerpo Místico de Cristo, porque, como en un cuerpo humano, Cristo es la Cabeza, los bautizados somos los miembros de este cuerpo y el Espíritu Santo es el alma que nos une con su gracia y nos santifica. Por esto la Iglesia es también Templo del Espíritu Santo.
En su aspecto visible la Iglesia está formada por los bautizados que profesan la misma fe en Jesucristo, tienen los mismos sacramentos y mandamientos, y aceptan la autoridad establecida por el Señor, que es el Papa.
Estos fieles, por el Bautismo, se hacen partícipes de la función sacerdotal, profética y real de Cristo.
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El Espíritu Santo

El Espíritu Santo

El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad, que procede del Padre y del Hijo.
Jesucristo prometió a los apóstoles que les enviaría el Espíritu Santo, el cual les recordaría y les ayudaría a entender todo lo que El le había dicho.
El día de Pentecostés estaban todos los Apóstoles reunidos en un mismo lugar, y de repente se produjo un ruido del cielo, como de un viento impetuoso que llenó toda la casa donde residían. Aparecieron lenguas de fuego como divididas que se posaron sobre cada uno de ellos.
La acción del Espíritu Santo en los Apóstoles los hizo fuertes, audaces y santos para anunciar el Evangelio con fidelidad a todo el mundo.
La Iglesia quedó constituida en templo del Espíritu Santo; El la santifica y hace que los bautizados se unan a la Santísima Trinidad.

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